Te lo hubiera dado todo.

Seguramente sabía que me metía en un sitio donde terminaría con quemaduras. Pero me hacías sonreír. Mucho. Fui incapaz de evitarlo. Y por un tiempo también fui gilipollas, pensando que dejarías todo ese presente, que suena tan a pasado, por mí. Me creía eso de que mañana lo dirías todo. De que realmente me querías. Que ya no aguantabas más. Supongo que no me di cuenta de que eres de esas personas que lo quieres todo. Y todo no se puede. Salvo que mientas. Y en eso rozas la perfección. Por lo menos hasta que te acuestas y te pones a pensar.
Y aún ahora desde fuera sigo viendo que sigues igual. Que sonríes en las fotos como si no hubiera pasado nada. Aún me escribes de vez en cuando, supongo que por tu afán de no apagar nunca las llamas. Igual la razón es que preferiste mentir y callar que dar la cara. Pero seguramente lo peor sea cuando uno se miente a sí mismo. Como hice tanto tiempo. Yo, que te lo hubiera dado todo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Te diré para qué te quiero.

Perdóname por escribir esto.

¿Qué pasó la última vez que nos vimos?