Escribiéndote otra vez.

El cielo se vistió de miedo, no hay nadie al otro la lado de la cama, la risa que una vez nos contagió guardada en un rincón, debajo de la almohada. Tire tus cosas por el suelo, después jugué a inventar que te olvidaba. Mezclé recuerdos y veneno, volví a caer en la batalla. No hay sitios donde ir que no huelan a ti. No hay restos de los dos en tu mirada.
Y ya sé como hacer, olvidarte y comprender que todo lo que tuvimos ya no es nada, cenizas que no volverán a arder,  no pienso ya en tu piel, no hay dudas, ya no espero tu llamada aunque ahora este escribiéndote otra vez.
Ya conseguí vencer el miedo, el frío y los fantasmas que quedaban. La luna que saldrá de nuevo, hay pájaros alzando el vuelo, nuestra razón se equivocaba. No hay sitios donde ir que no huelan a ti. No hay restos de los dos en tu mirada.
Y ya sé como hacer, olvidarte y comprender que todo lo que tuvimos ya no es nada, cenizas que no volverán a arder,  no pienso ya en tu piel, no hay dudas, ya no espero tu llamada aunque ahora este escribiéndote otra vez.


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