Soy sin ser.

Hace días, meses, que no me siento inspirada. Hace días, meses, que no veo una buena película, qué no tengo ni tiempo (ni ganas) de acabarme ese libro que con tanta fuerza empecé. Hace días, meses, que todo está desordenado. Todo. Mi vida. Hace meses, años, que no sabría decir que ocurre. Ni despertarme. Ni concentrarme. Ni avanzar, ni respirar. Hace meses que no sé qué me pasa. Que no soy yo. Que no me encuentro. Me gustaría que el mundo no girara tan deprisa. Porque entre lo rápido que va y mi inercia a no parar, siempre voy dando tumbos por la vida. Sin una meta, sin un propósito. Bueno sí, el único: ser feliz. ¿Cómo? Ni idea. Y eso hace que me desconcierte. No sé qué quiero. No sé adónde voy. No sé quién quiero tener a mi lado. Realmente, no sé ya ni quién soy. Igual os ha pasado alguna vez. Tener esa sensación continua de no estar controlando aquello que te ocurre, y a la vez, ver como se te escurre el tiempo entre las manos como granos de arena, miles de millones de segundos que se desvanecen entre tus dedos, sin poder agarrarlos todos para crear la primera pared de tu castillo, sabiendo muy bien que al mínimo contacto con el agua todo se derrumbará. Pero quieres, con todas tus fuerzas, empezar a construir tu castillo de princesa para protegerte de dragones y ser feliz. Y no puedes. Algo no cuadra. Simplemente algo no va bien. ¿Eres tú? ¿Son ellos? ¿Es el mundo que te da la espalda?

Pero ¿sabéis que? Que vivan las noches, el sol y la sal en tus labios, saldremos de esta.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Te diré para qué te quiero.

Perdóname por escribir esto.

¿Qué pasó la última vez que nos vimos?