El chico del momento equivocado.

Tantas otras veces lo hemos sido, y esta vez ha sido él, el chico del momento equivocado.
Le conociste como se conocen a esas personas que te marcan en la vida, por casualidad. En tus planes no había paradas a medio camino, y sin embargo, tiene razón eso que dicen que cuando menos se busca, más se encuentra.
Y así te lo encontraste a él, por accidente. Es de ese tipo de personas con las que conectas sin querer, sin pesar, que simplemente surge. Demasiado bueno para ser verdad, y por entonces sólo quieres aprovechar cada segundo en su compañía. Tardes de cervezas y suspiros dados de la mano. Alocados, atolondrados, saliva, risas y besos. Pero sabes que algo no va bien. Simplemente lo sientes. Puedo cerrar los ojos y recordar esa sensación.  Porque llegaste en el momento equivocado. Una ruptura, un problema familiar, un sacrificio laboral, o cualquier otro problema que se interpone en el camino. Y es por uno de ellos, con el que no contabas, que se interpone por el medio ahogando las posibilidades.
Y es injusto cómo tienes que hacerle frente a un problema que no has causado y que no has buscado. Que tú no querías encontrártelo, que fue él quien alimentó las esperanzas. Pero esto te obliga a pararte y pensar cada paso que das. Qué palabras decir para no soltar la equivocada, qué hacer para no asfixiarle entre agobios. Te impide demostrar sus sentimientos y en momentos te lo comerías a besos, te puede el silencio con el nudo en la garganta.
¨Cuando más lo necesitas te apoyas en otras personas, pero entonces ¿para qué lo tienes a él?¨
Las preguntas se te atragantan y, sin embargo, no te atreves a pronunciarlas. Y, por las noches, te quitan el sueño a base de vueltas en la cama. Que tú no sabes que hacer. Porque en parte te necesita, y en parte le sobras. Unos días tanto, otros tan poco.
Y tarde o temprano, como el equilibrio de las cosas y por su propio peso, el telón acaba cayendo. Tus sentimientos, tus opiniones y tus ganas frustradas las vomitas entre lágrimas. No querías llegar a esta situación, pero no puedes continuar así.
Por mucho que te duela, como seguro tú le doliste a otra personas, no hay manera de arreglar este estropicio. Sólo fue el momento inadecuado en el lugar equivocado con la persona correcta. Él no sabe qué decir y a ti no te queda nada más. Así que haces las maletas y te vas de su vida, con esas penas que duelen en el alma. Aun temiéndote este final, nunca esperas que duela tanto. Y créeme, a él también le duele.
Pero como en todas las historias, todo sigue su curso. Momento y lugar correcto.
Y es que a veces las cosas no salen bien por mucho que uno se empeñe, y en su profundo agradecimiento, suspira por aquel chico, el del momento equivocado.
Y durante unos segundos querrá volver, volver atrás, a hacer lo correcto. Demasiado tarde.


Comentarios

  1. Seguro que el chico del momento equivocado se ha emocionado leyendo esto y suspirará toda su vida por no haber aparecido en el correcto, recordándolo como algo muy especial con una chica diferente. La chica de la historia diferente cuyas letras ocupaban la página imposible.


    PD: El chico del momento equivocado se ha ido, pero puedes recurrir a él cuando no haya nadie, te intentará ayudar.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Te diré para qué te quiero.

Perdóname por escribir esto.

¿Qué pasó la última vez que nos vimos?